miércoles, 27 de abril de 2016

RPDR T08 C08 │Ru Paul Book Ball

Después de atravesar los 5 minutos más angustiantes de la temporada enfrentando la perspectiva de que mi favorita perdiera un lipsync en manos de mi "menos favorita", llegó el alivio al ver, finalmente, a Derrick Barry cruzar la puerta del taller por última vez.

Nobleza obliga, hay algo en lo que coincido, tanto con el jurado como con Bob: Derrick fue la participante que más se esforzó durante toda la competencia. Ese mérito no puede quitárselo nadie y, si bien para mí se tendría que haber ido hace un tiempo, al menos pudo darse el gusto de ganar un desafío, demostrar su tenacidad y retirarse con más gloria que pena, a pesar de todo. Derrick hizo lo que pudo desde su expertise, que no es otra que la personificación de Britney. Sobre esa base trató de ampliar su forma de hacer drag, con resultados a veces dignos, otras no tanto. El problema es que el nivel de esta temporada es excelente y el abismo que fue separándola de sus compañeras se hizo cada vez más notorio. Para muestra basta un botón: los tres look del desafío principal eran lamentables comparados con lo que el resto de las chicas lograron:

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Puede irse contenta con lo logrado, volver a Las Vegas y ver su carrera repuntar a partir de esta experiencia ya que, como todos sabemos, la Drag Race es ante todo una vidriera internacional.



Pasemos entonces al capítulo. El mini-challenge de las marionetas también es uno de mis favoritos, porque "everybody loves puppets" (Heidi face). Pero el de esta temporada fue el peor. La idea de las marionetas es una versión más caricaturesca de la Biblioteca e implica otro nivel de creatividad que es, ni más ni menos, representar a uno de tus compañeros de la forma más graciosa posible con una marioneta en drag. En esta oportunidad hubo más veneno y menos gracia que nunca, probablemente porque las chicas ya venían con un clima de tensión, que explotó durante la preparación del maxi-challenge. Todas contra Bob porque su maquillaje no es suficientemente elaborado, Derrick y Naomi arrancándose los ojos, peleas de tacón everywhere y las uñas y dientes afuera a cada momento.


Cuando estamos jugando con ese nivel de bitchiness, es imposible hacer graciosa una drag puppet (que debería ser de lo más gracioso de este mundo). La única que logró aunque sea un par de risas dignas fue ChiChi, resultando la ganadora del desafío y la encargada de preparar un breve número musical de apertura para la pasarela.


Ya que Amy Sedaris formaba parte del jurado, el número de apertura consistía en un homenaje a Jerry, su personaje en Strangers with Candy.



El maxi-challenge fue increíble, como suele ser siempre el "Ball" de cada temporada. Es un desafío que consiste en preparar tres looks a partir de una consigna en particular. La propuesta era en este caso contar la historia de vida de nuestras chicas, en tres etapas: Baby Drag Realness, That's my mama realness y Autobiographical Eleganza Stravaganza, este último fabricado a partir de...libros. Si sí, papel. ¡Hora de ser creativas! La pasarela debía estar acompañada de pequeños relatos orales referidos al aspecto de su biografía evocado en cada look. No sorprende que este siempre suela ser el desafío más tensionante, ya que se pone en juego la capacidad de las chicas de traducir un concepto a una pasarela armónica y bien lograda.

El resultado de esto fue el lipsync entre Bob y Derrick, en el cual la performance de mi candidata a reina sobrepaso la cadencia pop de "it's Britney, bitch". Por suerte. Caso contrario hubiera colapsado del horror, aún cuando claramente Bob tenía que estar entre las dos peores.

¡Llegamos a las 4 finalistas! Así que es hora de que les cuente cuál es mi top 3 soñado:

1) Bob the Drag Queen: yo sé que esto no sorprende ni un poco ya que, desde que comencé a hacer el ranking, Bob ocupa el primer puesto y nunca estuvo siquiera amenazada por las otras chicas. Es que definitivamente, si Ru no se olvida de tomar ninguna pastilla, Bob TIENE QUE ser la ganadora de esta temporada. No queda otra. Si bien su look ha sabido ser su punto débil en más de una oportunidad, es un personaje de lo más versátil. Puede bailar, puede actuar, es graciosa, es creativa, sabe improvisar y, como pudimos comprobar, también se lleva muy bien con el lipsync. Cualquier escenario en el cual la corona no termine en su cabeza alcanzaría un nivel de aborto a la naturaleza únicamente comparable con Tyra Sánchez siendo elegida en lugar de Raven en la temporada 2.


Ahora bien, hecha esta declaración de principios, sus 3 look podrían haber sido mucho mejores. El relato de fondo, por supuesto, fue genial, pero la pasarela costó bastante. Lo que más lamento es que el mejor look, el último, el que debería haber estado hecho con libros, sufrió su falta de juicio cuando, necesitando recortar parte del outfit y que le resultara comodo caminar, retiró la parte del mismo que estaba hecha de páginas. Precisamente, lo que hacía al desafío. Una pena.

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2) Kim Chi: era cantado que K.C. iba a ganar este desafío porque es una creadora de ilusiones. Una artista sumamente completa que hace el mejor maquillaje de la historia de la Drag Race y outfits acordes a ese despliegue. No sólo creó 3 atuendos con clara continuidad conceptual entre sí (reforzada por el relato),  sino que cada uno de ellos se ajustaba perfecto a la etapa que describía.

Lo que se vio en la pasarela fue la historia de una evolución, de una Kim Chi floreciendo, tan así que el último outfit era absolutamente despampanante, una transformación completa. Una pena que su mamá no sepa que él hace Drag, especialmente luego de ver ese look oriental tradicional de la consigna "That's my mama...". Un verdadero homenaje a esta mujer que aún no lo conoce completamente. Una paradoja absoluta que, si mi olfato de clichés televisivos no falta, será resuelto por la producción a la brevedad generando el momento emotivo que cada participante tiene a esta altura de la competencia.



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3)Chi Chi DeVayne: en el preciso instante en que Chi Chi apareció con su tercer y último look de papel, absolutamente radiante, confirmé que merece estar en el top 3. Es un ejemplo de superación. No solo estuvo receptiva a toda crítica de parte del jugado, sino que se esforzó por aplicar lo que se le sugería y realmente dio un salto exponencial.
A pesar de sus tropezones fuertes, que la llevaron a estar entre las dos peores en dos oportunidades, sigue siendo una de las mejores de la competencia y la banco infinitamente en su camino a la final.

 

¿Por qué no Naomi?

La primera impresión que tuve de Naomi fue “Meh”. Siguió siéndolo hasta el desafío de Wizards of drag, donde logró demostrar que no es simplemente una modelo de ropa interior. Siguió evolucionando y se convirtió (de acuerdo con Michele Visage) en Miss Underdog 2016. Su performance en este desafío fue impecable, y no solo a nivel de los outfit (que es su zona cómoda), sino también a nivel del relato oral y todo lo que la performance implicaba.
 

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Después de todo, la chica “meh” resultó estar a la altura de la competencia, incluso más que las malogradas frontrunners que terminaron yéndose a su casa por pecar de soberbia (entre otras cosas). A Naomi lo que le falta quizás es experiencia, pero es un diamante en bruto que logró perfeccionarse y hace que incluso los que nunca estuvimos convencidos de ese potencial le tengamos fé.
Dicho esto, ¿por qué no? Porque hay que dejar una afuera y banco más a las tres ya mencionadas. Si no se cumple mi predicción, ¿a quién me gustaría que reemplazara? A Chi Chi, porque ambas son potenciales en desarrollo.

Nos vemos la semana que viene a ver qué tan cerca estuve y empezamos a echar nuestras apuestas, porque la coronación está cada vez más cerca.
 
 

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