lunes, 11 de abril de 2016

Nuestro cine según Ammmurica

Hace un par de semanas, durante una pataleta al hígado bastante violenta, me dispuse a revisar el catálogo de Netflix y me encontré con la bella sorpresa de que el mismo ya incluye Secret in their eyes.

Sí, me refiero a la versión estadounidense de nuestra querida ganadora al Oscar El secreto de sus ojos, cuyo estreno generó (leve) polémica y potente curiosidad por ver de qué manera la  industrias cinematográfica hegemónica proponía su propia lectura sobre un film plagado de elementos argentos. Esa curiosidad me hizo darle Play y aprovechar la poca lucidez que me permitía mi agonía hepática para adentrarme en esta versión made in USA de este thriller que ya se convirtió en un clásico de nuestras pampas.

Ya hemos comentado en este blog el tema de las expectativas con las cuales uno se sienta a ver una producción de cualquier índole y cómo esta influye en las conclusiones finales. Para este caso puntual, vamos a discutir la primera impresión, la más obvia: la original, para nosotros, siempre va a ser la mejor. Esto tiene que ver, ni más ni menos, con que cada país (¿Qué digo? Prácticamente cada grupo humano de dos personas para arriba) tiene sus propios códigos culturales. Por lo tanto, la adaptación de un film foráneo implica, necesariamente, ajustar elementos de guión a la percepción del público local. Entonces, como primera medida, voy a enumerar puntos de contacto y diferencias entre ambas producciones para comprender el trabajo de adaptación que requirió elaborar este nuevo film. De más está decir que está plagado de spoilers, aunque si viste el film original, tampoco son gran cosa:

1) Personajes

Cuando se conocieron los primeros datos respecto de Secret in their eyes, se mencionó varias veces que el papel de Jessica Cobb (Julia Roberts) era una fusión de los personajes de Guillermo Francella y Pablo Rago. Disiento con esta visión: el personaje de Roberts cumple el rol de Rago pero le da el valor agregado de formar parte de la propia fuerza policial que investiga el caso. De hecho, esto da lugar a la potencia dramática de la escena en la que encuentran el cuerpo de la hija de Jessica, y su colega debe darle la noticia. Es duro, muy duro para ella, quedar lógicamente apartada de la investigación teniendo tanta sed de justicia, y eso le añade color al personaje.

El papel de Francella, con mucho menos peso que en la versión original, recae en el viejo y querido Dean Norris (no bien lo ví grité HANK con todas mis fuerzas).


Es él quien acompaña al Darin afroamericano, Chiwetel Ejiofor, a la casa de la novia del presunto delincuente (la madre en la original) y termina llevándose un comic que es el que delata su intrusión en el lugar (toda esta secuencia es idéntica entre las dos versiones). También atiende el teléfono con algún comentario ingenioso y colabora con la detención del asesino en un estadio de béisbol (con plano picado y todo, como en nuestra cancha de Racing).

El actor británico Joe Cole, en el papel del asesino, cumple con el mismo criterio que Javier Godino en la versión local: es un psicópata absoluto. La cara de boludo, la apatía absoluta rompiéndose en pedazos en el interrogatorio, se respetan a rajatabla aunque, en este caso, tratándose de personajes bastante homologables, es punto para Godino y el deleznable Isidoro Gomez.


La versión del vínculo Darín - Villamil me pareció correcta, si bien le faltó un poco de magia. Pero esa magia es puramente argenta, con lo cual, no puedo culparlos por no reproducirla al cien por cien. Destaco igual que no fue la mejor interpretación de Nicole Kidman. Hemos visto más y mejor de ella.

2) Contexto histórico

El secreto de sus ojos transcurría con el trasfondo de 1974 y el acercamiento a la última dictadura militar, y es ese vínculo el que le permite a Isidoro Gómez convertirse en un "intocable". En este caso, el contexto de la acción es la llamada lucha contra el terrorismo, y el villano de turno resulta ser un soplón que trabaja para la policía. Ergo, intocable de entrada.


Del mismo modo, esta elección de contexto acorta la distancia entre el asesinato y el final de la historia: mientras que en la versión local transcurren 25 años, aquí apenas son 13 (2002-2015). Este dato, que parece menor, trasnforma la dinámica al punto tal que los nudos argumentales básicos terminan concretando un desenlace que parece igual, que entusiasma por ser tan idéntico, pero después se diluye en una resolución más hollywoodense que, la verdad, no apruebo. Vamos a eso.

3) Arco argumental

La historia se hila a partir de varias escenas comunes, como las que ya les comenté, a las que podamos sumarle la discusión sobre "la pasión" en el bar, el descubrimiento de la foto del asesino mirando a la víctima y la escena tensa en el ascensor. Pero el argumento se centra en que el personaje de Ejiofor cree haber encontrado al asesino luego de tantos años y por eso regresa a buscar a sus antiguos compañeros de trabajo en busca de reabrir la causa. Todo resulta en un desafortunado tiroteo en un taller de autopartes, en el cual fallece un compañero policía que de por sí no era un personaje muy querido (temí hasta el último segundo ver morir a HANK otra vez xD). Es decir, no sufrimos un shock como la muerte de Sandoval en la versión local, sino más bien un daño colateral que no hace más que torturar la conciencia de Jessica impulsándola a contar su falsa historia: que el joven fue capturado y asesinado por ella hace ya muchos años.


Creo que todos, en mayor o menor medida, podemos concluir que el final de El Secreto de sus Ojos es lo mejor de la película. Es un momento narrativo increíble, la duda de Darín, el recuerdo de una charla con Rago hace años, detectar la incongruencia entre sus palabras y su acción, regresar para confirmar la sospecha de que mantuvo a Isidoro Gómez encerrado en su casa durante todo este tiempo. "Usted dijo perpetua". Escalofríos.

Este momento es prácticamente igual, y yo ya festejaba que hubiesen respetado ese giro dramático pero NO. Lo cierto es que los personajes, por tratarse de una línea temporal más acotada, no son todavía gente mayor, como si es el caso de Rago en la versión original. Es esto lo que quizás lleva al Darín made in USA afirmar que esta cadena perpetua aplica a ella también (con mucha vida por delante, quizás) y, acto seguido, apoyar un arma en la mesa. Dos veces en la película Ejiofor sugiere matar al villano, y sabemos que la sociedad norteamericana es bastante más predispuesta a la pena de muerte. Jessica acepta el consejo de su amigo y BAM, termina con el giro argumental perfecto, hacen un pozo en el jardín y es el final de la cosa. La mística de un final perfecto tirada a la basura por una cuestión bastante lógica, muy a mi pesar: Roberts es una mujer de cuarenta y pico de años, ¿cuántos años va a vivir sosteniendo esa desgracia?

En conclusión: aún si somos generosos y evitamos todo tipo de comparación, tomando al producto en sí mismo, la película deja bastante que desear. Es una historia desangelada que no se sostiene como thriller en ningún momento, todo parece forzado en demasía y el resultado final no es del todo bueno. El thriller "pochoclo" es poco intenso, y esa falta le juega en contra de principio a fin. I'm sorry Julia, te amo pero no.



 Vuelvo al futón a pleno que esta semana tenemos Ru Paul, el estreno de Unbreakable Kimmy Schmidt, y la semana que viene llega GAME OF THRONES y ay no puedo más.





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