martes, 13 de octubre de 2015

The Leftovers Estreno Temporada 2 – Magical Mistery Tour


Existe sólo una palabra posible para definir a The Leftovers: FALOPA.
Disculpen, pero no puedo encontrar un término más glamoroso. La creación de Tom Perrota (autor de la novela original)+ Damon Lindeloff es un alucinógeno de primera calidad. ¿De qué va la cosa? El 14 de octubre de 2011, sin explicación alguna, se devaneció el 2% de la población mundial. Así, PUFF, de la nada, se borraron cientos de personas, dejando a sus familiares en medio de una nebulosa, sin poder entender lo sucedido. La serie nos involucra específicamente en las vidas del Jefe de Policía del pueblo de Mapleton, Kevin Garvey, y su familia, y de los hermanos Nora Durst y Matt Jamison, una mujer que perdió a su esposo y dos hijos en la llamada “ascensión” y un reverendo que se dedica a dar a conocer los pecados de los ascendidos, atormentado por la idea de que ellos hayan sido escogidos y él no. Para completar el combo, tenemos a la secta de los Guilty Remmanents (Culpables Remanentes), unos freaks vestidos de blanco y fumadores compulsivos que, AL DÍA DE LA FECHA, sigo sin entender del todo qué es lo que están intentando hacer. La temporada 1 nos dejó con unas cuantasinquietudes.  Veamos cómo comenzó la segunda.




La presentación, FALOPA, por supuesto, fue seguida de una secuencia pseudo selvática de 10 minutos donde vemos una mujer salvaje pariendo (TODO grotesco, de la rotura de bolsa en adelante) y luego cargando a su pequeño en la lucha por sobrevivir. Al minuto 8, comencé a pensar que me había equivocado de serie o que había enganchado un documental de Discovery Channel, ¡pero no! Finalmente, la mujer muere mordida por una serpiente, el bebé es rescatado por otra wild girl y nosotros somos transportados a Jarden, Texas, rebautizado como “Milagro” ya que no tuvieron ni un solo desaparecido durante la ascensión (¿Ya sabemos que esto va a terminar mal, ¿no?)



Conocemos a la familia Murphy y la falopa va cobrando intensidad. John, el patriarca, es Jefe de Bomberos del pueblo y tiene un temperamento de cuidado. Sino, pregúntenle al pobre Isaac, quien comete el error de leer la huella de su mano y ver una tragedia aproximándose. Ya con eso uno pensaría que estamos ante una familia freaky, pero no es sino hasta que los Garvey a pleno (Kevin, Nora, Jill y el bebé del profeta Wayne que cayó en su puerta) se mudan next door y son invitados a una barbacoa que nos damos cuenta con qué estamos lidiando.

A continuación, los highlights de la peor cena entre vecinos de la historia:





  • ·Los Garvey llegan a la fiesta de cumpleaños de John. Son los únicos invitados. La familia no tiene amigos. Ooookaaaay…

  • En medio de la cena John comenta ligeramente que estuvo preso. Los Garvey se ríen. Detalla sus años de condena. Se siguen riendo. “Honey, they think you are joking.” Incomodidad nivel 25.
  • A la hija adolescente de John le da un ataque símil epilepsia al momento de soplar las velas. ¡Una velada inolvidable!



No termina ahí:


  • Un loco degüella una cabra en medio de un bar. La gente parece estar habituada al evento

  • La esposa de John corre al bosque, desentierra una caja, descubrimos un pajarito con la pata quebrada que de pronto se echa a volar y, para la mujer, TODO ESTO TIENE SENTIDO.

  • · Evie: Noc noc


John: Who’s there?

Evie: Broken pencil

John: Who?

Evie: Nevermind, is pointless

(Platillos, por favor)


The Leftovers volvió, más estupefaciente que nunca, y me dejó con ganas de más, igual que al comienzo. A esta altura se habrán dado cuenta de que amo los sinsentidos, caso contrario la serie no me atraería en lo más mínimo. Hay muchas preguntas aún por responder, falta que reaparezcan los cigarrette – junkies, Matt el cura (personaje creepy si los hay) también está en el pueblo y no me cabe duda de que la segunda temporada mantendrá (o incluso superará) el nivel de la primera.






Obvio que la idea de un paraíso perdido aislado de todo el dolor de la ascensión era imposible. Obvio que los Garvey, adonde van, arrastran la tragedia. Obvio que la locuaz y efervescente Evie acaba de desaparecer y dispara la temporada como la bala de un cañón.

martes, 6 de octubre de 2015

Contrapunto: Signos - Historia de un Clan


(Por alguna razón que desconozco, esta entrada se ve HORRIBLE, sepan disculpar)





¿Qué quiere decir que un producto de ficción es sólido? Quiere decir que todos y cada uno de sus aspectos logran confluir de forma armónica y coherente. Esto no es para nada simple, requiere muchísimo trabajo y, aun contando con ello, puede fallar escandalosamente. Ahora bien, el problema de la solidez es que un producto puede tranquilamente sobrevivir en pantalla con todas sus falencias y, mientras el rating acompañe, probablemente pase desapercibido. Pero claro, cuando la tiranía de la grilla televisiva lo pone a competir con un producto realmente sólido, a la creación menos agraciada se le empiezan a notar las costuras hasta que, finalmente, explota como una piñata.

Convengamos algo: Historia de un clan entro con ventaja a la competencia con Signos. Telefé no da puntada sin hilo, y su nuevo unitario se montó en la cresta de la ola del fenómeno taquillero que resultó ser el film de Pablo Trapero.  De por sí esta circunstancia es muy injusta para Signos, que se presenta de cero, con una historia nueva y no con un relato híper mediatizado por el cual, de pronto, todos sabemos quiénes eran los Puccio y qué fue de su caso de los 80 para acá. Pero el problema no es este: el problema es que Historia de un clan es un producto infinitamente superior, lo cual resalta todavía más las falencias de su competencia.

Como les digo una cosa les digo la otra. Los dos primeros capítulos de Signos auguraban un thriller intenso y lleno de sorpresas. Pero los capítulos 3 y 4 pusieron en evidencia los elementos que le juegan en contra. Con esto no quiero decir que la serie sea mala: tiene buena historia y gran elenco, a su modo, funciona bien. El problema es que el contraste con el monstruo que le pusieron adelante es abrumador.  ¿Cuáles son, a mi entender, los puntos donde Signos hace agua?



1)El asesino que sigue un patrón. 

Ante todo quiero aclarar que soy fan de los asesinos perversamente inteligentes, maquiavélicos, que tienen un plan concreto y lo llevan a cabo cuidando cada detalle (lo retorcido de la trama completa que desarrolló Jigsaw me mantuvo viendo todas las entregas de Saw, aún cuando ya se había vuelto una película gore clase B malísima).  Pero también es cierto que al patrón de asesinato hay que ponerle sutilezas que lo mantengan interesante y, quizás, eso no está del todo aceitado en Signos. Pongamos por caso el capítulo de Leo. El asesinato del cazador que supuestamente era el mandamás del pueblo no significó nada. Sólo se nos contó que el tipo era así, así y asá, que Antonio (Chávez) le regaló la escopeta, y fin. No vimos al personaje en acción, como sí ocurrió con la malograda reina de belleza, y eso le quitó sentido al lugar de esa víctima en la historia.






De igual modo, en el capítulo orientado al signo virgo, reconozco que la muerte de la esposa de Antonio fue un golpe de efecto muy bueno. No la vi venir, él parecía tan dedicado a ella que no se me hubiera ocurrido jamás que fuera a eliminarla como un obstáculo. Pero lo hizo, y me aferro a estos giros como esperanza de que la trama no se estanque.




2)Dos palabras: Claudia Fontán. 


Perdón. Lo intenté. Juro que lo intenté pero no le cierra por ningún costado el rol de policía, y es un problema, porque es un papel protagónico. Para colmo, la interacción primordial se da con Alberto Ajaka, que está haciendo un excelente trabajo, lo cual resalta aún más el contraste. No digo que Fontán tenga que estar condenada a la comedia costumbrista, pero acá hay algo de su performance que no funciona y no le hace bien al unitario en su conjunto.




3)La puesta en escena 

por momentos carece de fluidez. Por dar un ejemplo, en el capítulo del signo virgo, una nena viene corriendo hacia Fontán avisando sobre una situación violenta entre su mamá y su papá. Raro. Raro todo, la reacción de Fontán, la introducción de ese momento, como que algo no cuaja. Algunas situaciones se sienten muy forzadas y opacan una trama que, más allá de esto, está bien planteada.


 

Ahora bien, insisto, Signos es un buen producto, pero tiene la malísima suerte de competir con un tanque. Si la cámara me acompaña

El clan Puccio, lado B


Claramente la intención de Luis Ortega y equipo es exacerbar la oscuridad y la perversión de la familia. Muchos pueden argumentar que es exagerada la atmósfera incestuosa, que Alejandro Awada practicándole sexo oral a Cecilia Roth es innecesario (ay, por Dios, el pelo de Awada), que la secuencia onírica del Chino Darín en el capítulo 3 es muy tirada de los pelos. Pero no. Todos estos elementos están pensados para generar incomodidad, para confrontarnos con la historia, interpelarnos, sacudirnos. Cuando uno quiere contar una historia basada en hechos reales, tiene dos opciones: o contás con la mayor fidelidad posible, de algún modo documentando el acontecimiento, o te centrás en las emociones, el contexto, la forma de contar e interpretar lo ocurrido. Esta última es la vía elegida por Historia de un clan y la celebro enormemente.

¿Cómo le haces un primer plano al infierno?


1)El elenco

 
 
 
 
 
Considero que HDC es uno de los mejores trabajos de casting que he visto en la televisión nacional. Cada uno de los miembros de la familia se ensambla con los otros cual piezas de rompecabezas. Es soberbio el trabajo que realizan en conjunto: el conflicto interno de Alejandro reflejado en la piel del Chino Darín, la complicidad silenciosa de la Epifanía de Roth, la inocencia absoluta de las hermanas, la participación boba en el crímen, casi como jugando, del personaje de Nazareno Casero. Toda esta estructura sostiene y resalta la figura de Alejandro Awada, un Arquímedes Puccio mucho más sucio y descarnado que el de Francella en el film de Trapero (según me han contado, no bien la vea saldrá una nota comparando ambas formas de contar la misma historia).  Un tipo capaz de soltar livianamente una frase como: “La familia tiene que tener un cuerpo que llorar. No somos animales”. Un tipo despreciable, vomitivo, escabroso, que seduce capítulo tras capítulo con su humanidad tan inhumana. Pero no me quedo sólo con la familia, realmente, el casting no dio puntada sin hilo.
 
 
El Federico compuesto por Matías Mayer nos genera angustia constante por la suerte que habrá de correr. El Coronel de Tristán nos seca la boca y nos atemoriza.Lo que vemos son personas con una bomba en las manos, siempre a punto de estallar, y gusta, convence, nos deja con ganas de más.

 

2)La música 

 
Incluso cuando se elige que esté ausente, este recurso es, para mí, clave en la construcción de toda ficción. Hay muchas formas de usarla y, en HDC, constituye un elemento de alto impacto. Voy a mencionar al menos dos escenas que me dejaron así:

 
 
La secuencia en la cual Silvia y Adriana le colocan las máscaras a su familia con Grasa de las capitales de Serú Girán de fondo, seguida de un baile que desconcierta: de un solo golpe te lleva a los 80 y, nuevamente, te incomoda, te ensucia.

 
 


Por otro lado, cuando Federico es trasladado en auto hacia el lugar donde van a asesinarlo, la canción elegida es The lion sleeps tonight de Token. Un contraste violento, una patada en la nuca. Celebro que elijan una canción que no tiene nada que ver con lo que está ocurriendo. Celebro cualquier ficción que te tire baldazos de agua fría.

3)La ambientación.


Todo está dispuesto al detalle para el clima de época: atuendos, autos, los ocasionales anuncios de TV, los productos en la mesa. Todo lo que vemos en pantalla grita 80’s, y eso nos transporta. Transportarnos, precisamente, es lo que hace un producto de ficción sólido. Historia de un clan es un bloque de cemento y, por suerte, restan 8 episodios para deleitarnos.

 

Vamos a seguir el contrapunto de Signos VS Historia de un clan capítulo a capítulo para ver la evolución de ambas historias. Los invito a comentar, participar, opinar, que siempre está bueno debatir sobre el arte de la pantalla, grande y pequeña.