Teniendo presente esto, queda clarísimo lo que ocurrió en la primera final Argentina del certamen en 2014, que consagró a Elba Rodríguez como la primera Masterchef de las pampas. A Elba la queremos. No hay lugar a dudas, la bancamos infinitamente, nos conmueve su historia y su humildad. Pero no podés ganar una competencia culinaria con una lasaña a la boloñesa (o "lasagna a la bolognesa" si quieren ser más fundamentalistas). Con esto no quiero decir que la cocina para ser buena tiene que ser gourmet. Shen Long sabe que prefiero mil veces las milanesas de mi mamá a los platos estrafalarios que se vieron la noche del miércoles (salvo los postres, hubiera RODADO sobre esos postres, los necesito en mi vida). Pero la competencia implica cierta exigencia y hacer un esfuerzo mayor, qué se yo, hacer una lasaña de calabaza con salsa parisienne, algo, una vuelta de tuerca. Sin embargo, la producción alcanzó su cometido llevando a la final al personaje más odiado del ciclo, que se destacaba por preparar platos de alta cocina, y a la chica que más representaba la figura del sacrificio, de la persona pobre pero honrada que lucha y llega a la cima en base a su talento, sin pisar una sola cabeza. Esta demagogia del espectáculo, y no otra cosa, fue lo que coronó a Elbita y nos regaló memes mágicos como este:
La primer señal de que había algo diferente fue el Matíasgate:
Yo estaba convencida de que, si bien este muchacho no descollaba en la cocina, íbamos a tener que fumarlo en pipa hasta, por lo menos, el top 5 de participantes. Sin embargo, Matías Cederbojm fue eliminado en la mitad del ciclo. Un personaje polémico siempre rinde, y rinde muy bien, pero evidentemente no era esa la prioridad. Fue ahí que comprendí que quizás esta temporada iba a estar un poco más centrada en su razón de ser, que no es otra que elegir a un gran chef.
No obstante, yo seguía convencida de que la fórmula iba a repetirse y afirmé con toda seguridad que el ganador de Masterchef no iba a ser otro que Jacinto Echandía. Encajaba perfecto en el modelo Elba: campechano, simpaticón, "rustiquito" como Alejo solía llamarlo, Jacinto tenía todos los ingredientes para ser el "abanderado de los humildes" de la temporada 2015. Además, cocinaba genial. Pero no pasó: es más, ni siquiera llegó al trío de semifinalistas. La persona que ocupó ese lugar fue Mercedes Elaskar, quien tuvo la mezcla exacta de fortuna y habilidad para que su plato superara con ínfima ventaja al de Jacinto y subió al balcón con gloria. Mi fórmula comenzó a caerse a pedazos, pero no fue hasta anoche que recibió el golpe mortal.
Alejo VS Martín, la "riña de gallos", el "duelo final", Esta vez, ambos participantes eran cocineros con tendencia a lo gourmet, con 5 y 7 desafíos ganados (respectivamente), que siempre se destacaron del resto y, para colmo, tenían una pequeña pica entre ellos fogueada programa tras programa. Un banquete del show business. La mesa está servida, bon apettite.
Por supuesto que el programa fue una final de manual: lágrimas de emoción, Donato haciéndole avioncito al hijo de Martín, Peluffo comentando que la reunión de todos los participantes era "como el último día de clases" y demás lados B de la competencia. El menú fue parejo: carpaccio de pulpo, gazpacho de melón, trillas confitadas, lomo de ciervo y unos postres que te volaban la cabeza. Todo alta cocina, todo finura, todo Puerto Madero. Sin embargo, yo me vuelvo a equivocar y sigo sosteniendo mi fórmula: claramente Martín es el ganador, todos lo quieren, es el abanderado de los humildes versión restó de Recoleta y, para colmo, todos detestan a Alejo por soberbio, garca y demás epítetos que alguna vez supieron encajarle a Pablo. Pero NO señores.
La fotografía pertenece al Facebook oficial de Masterchef Argentina
En segundo lugar, la fórmula cambió pero sigue siendo fórmula. Y no cabe duda que Alejo Lagouarde entendió desde un comienzo la clave del éxito y construyó el mejor personaje posible. ¡Vamos chicos! ¡Está clarísimo! Hasta a él le causaban gracia los comentarios más pedantes y venenosos que hacía, por favor. Alejo entendió todo desde un principio. Hacerte odiar te da pantalla, cocinar bárbaro hace que tu llegada a la final sea creíble y ganarte una némesis, uffff, te hace protagonista del duelo del siglo. Alejo es inteligentísimo, no me cabe duda, y anoche ganó un poco por cuestiones técnicas (realmente se despachó con un buen menú) y otro poco porque, como productor, si querés que se hable de tu programa, nada mejor que darle al público algo que lo irrite. El público no quiere que gane el jugador, el público quiere que gane el pibe de barrio, quiere otra Elba, quiere justicia poética. No la tienen. Se indignan. Marche la temporada 3.
Alejo es el segundo Masterchef de las pampas. Ganó en su ley, por mucho que queramos a Martín. No era el premio al mejor compañero, era el premio al mejor cocinero... y al mejor jugador.
Amé la crítica. Para una persona que no es seguidora de este tipo de programas, como es mi caso, resulta interesante ver desplegada en una reseña no solamente la opinión de quien la realiza, sino su justificación basada en hechos. Desarticular la maquinaria de un producto mediático y analizar sus implicancias extratextuales siempre es entretenido y nos deja con ganas de comprobar la cuestión por nosotros mismos. Bravo!
ResponderEliminarCecilia Castrogiovanni
Amé la crítica. Para una persona que no es seguidora de este tipo de programas, como es mi caso, resulta interesante ver desplegada en una reseña no solamente la opinión de quien la realiza, sino su justificación basada en hechos. Desarticular la maquinaria de un producto mediático y analizar sus implicancias extratextuales siempre es entretenido y nos deja con ganas de comprobar la cuestión por nosotros mismos. Bravo!
ResponderEliminarCecilia Castrogiovanni
Pero que comentario de nivel :)
EliminarGracias mi querida!! Es una caricia al alma
Muy buena crítica sobre masterchef 2015. La 2014 no la vi! Concuerdo que se lo merecía Alejo, pero por un lado lo merecía Martín. Alejo tiene que características que Martín no podría tener... para mi eso lo llevó a coronarse campeón. saludos
ResponderEliminarClaramente, Alejo fue un gran ganador de la temporada 2015, y sólo disiento en algo,ya han pasado 6 años y sigo sosteniendo que la gente se cansa de que siempre gane la lastima, y la historia de vida. El programa es de cocina no de historias de vida. GANO EL CHEF
ResponderEliminar